¿Qué es el ser un “tico” o una “tica”? ¿Es una definición empleada para las personas costarricenses según su género únicamente? ¿Qué más se esconde detrás de este término?
El ser un tico(a) gira en torno a una gama de estereotipos generado por años de una cultura muy cerrada y de cierto modo nacionalista. Pero es un nacionalismo “disfrazado”. Es lo que aprendemos en las escuelas, como la materia que se ve un año, al año siguiente se amplía un poco más pero sigue siendo lo mismo.
Vivimos en una cultura en donde factores como la iglesia, un dogma con siglos de antigüedad, o la “cultura del fútbol”, o la “cultura del guaro” han estereotipado al hombre y a la mujer como un “ser” al cual se le atribuyen características por las cuales se sienten “orgullosos” o se identifican aun que sean negativas.
“¡No sea maricón!”, “¡tomas como una vieja!”, “¡ese playo fallo el gol!” son frases comunes en el lenguaje del tico. Se cuestiona la sexualidad del hombre heterosexual como manipulación para que realice acciones que pueden ir en contra de su voluntad o simplemente se utilizan expresiones que hacen referencia al homosexual como una ofensa.
¿Por qué en Costa Rica no se ven parejas de hombres o de mujeres agarrados de la mano en las calles como sucede en los países desarrollados? Es evidente que Costa Rica es a parte de ser atrasado tecnológica y económicamente también es culturalmente joven y carece en cantidad de la tolerancia y aceptación que poseen los países que tienen muchos mas años de existir y han creado una forma de pensar más abierta. En comparación con otros países, Costa Rica todavía mantiene cierto nivel de tolerancia que restringe la unión de dos personas del mismo sexo del todo. Somos unos de los pocos países subdesarrollados en los cuales no existen leyes que castiguen acciones homosexuales a pesar de la sociedad extremadamente machista y homofóbica existente. ¿Cómo es esto posible? Se puede decir que la gran cantidad de turistas que recibe el país y el ingreso de ideologías novedosas ha modificado esa forma repensar del “tico”. Ha sido un proceso muy lento y silencioso. A pesar de que existen bares, discotecas, restaurantes, hoteles de “ambiente” o gays, no se han producido muchas concentraciones o manifestaciones del “Orgullo Gay” (proveniente del Gay Pride en inglés) en las calles o parques. La sociedad gay en Costa Rica es pequeña, lo que la lleva a ser solidaria y bastante estrecha aun que se manifieste muy poco. Es posible que se dé por la falta de seguridad del individuo (formando un pequeño grupo de individuos) o por que le preocupa lo que digan sus amigos y familiares de ellos y esto en muchos casos genera una homofobia interiorizada lo que significa que el individuo llegue a odiar lo que él mismo es.
De la misma manera, la mujer ha sido “inventada” con un estereotipo de sumisa y hogareña. No puede llevar más dinero que el hombre a la casa, si no es el caso en el cual la mujer mantiene a su marido. El hombre no va a hacer las tareas de la casa ni ocuparse de sus hijos. Esta mentalidad retrógrada está muy dentro de nuestra sociedad, en mayor intensidad en las clases sociales medio baja y baja, donde hay familias de gran numero de parientes y donde el padre es alcohólico, tal vez un hijo drogadicto y se trabaja para conseguir un poco de alimento antes de que ese dinero sea arrebatado por la figura masculina y en muchos casos, el vicio es de parte de los dos padres el cual es discutido por ambas partes y se sacrifican algunas comidas para cubrir su adicción.
Hoy en día con la globalización, el ingreso de conocimiento de culturas extranjeras es mayor, lo que permite al costarricense poder “absorber” otras nacionalidades y aprender de ellas. Esto lleva a la multiculturalidad, que “implica una actitud abierta y de respeto hacia la diferencia, hacia la expresión cultural que tenga, en relación con otra, no una función especular, sino incluso de alejamiento, en cuanto a incompatibilidad se refiere, es decir, la no equivalencia en cuanto valores, costumbres e idiosincrasias es inevitable pero el respeto a esa diferencia, más que un desencuentro, debe verse como una posibilidad mas dentro del espectro de posibilidades de las cuales es objeto la cultura general” según Óscar Gerardo Alvarado Vega, profesor en la Escuela de Estudios Generales y de la UNED. En su artículo “El Tiempo de la Multiculturalidad” plantea que no debe haber “igualdad” en los seres humanos, sino más bien un derecho a la diferencia y no plantearla como una superior a la otra sino la convivencia de ambas lo que traerá enriquecimiento mutuo.
Daniel Araya Vega
1 comentario:
Aqui como en el resto de latinoamerica y no nos azotemos tanto TAMBIEN en paises al otro lado del Atalntico poseen roles aberrantes que de verdad es para pegar un grito y buscar una manera de cambiar eso, muy cierto lo que comentas de los roles que nuestra sociedad tiene establecida, creo que lo que le hace falta a este pais es que una corriente nueva de politicos, y comunicadores sociales que en mi opinion si tuvieramos que comparar a nuestro pais con un cuerpo humano, siento que la politica y el periodismo son los encargados de enviar las señales e impulsos al cerebro que todos los ciudadanos conformamos con nuestros criterios formados desde casa, creo que el MIEDO de todos ante posturas religiosas que adoctrinadas en una enseñanza automatizada de reglas y conductas "del bien" han golpeado bastante, al igual que la ineficacia de los dirigentes de nuestro pais, si queremos ser un pais de vanguardia debemos desarrollar una base intelectual que nos permita aspirar a eso, pero como lo vamos a hacer si seguimos inmersos en la cultura del pobrecito, del guaro, conformismo, y todo esta mal pero que lo arregle otro" ?, la clave esta en la educacion y la formacion de una generacion con metas y objetivos claron y ambiciosos que contemplen el respeto hacia las diferencias dentro de una sociedad que pretende abrirse paso en el mercado mundial tambien debe abrir su mentalidad a maneras de razonar avanzadas.
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